La mayoría de los burros que llegan al Paraíso del Burro
tienen problemas con sus cascos, muchos de los cuales son graves, ya que nunca
han sido tratados por un herrador antes. Los burros viven naturalmente en
condiciones pedregosas y secas y no están acostumbrados a la atmósfera húmeda y
los verdes pastos de Asturias. Sus pies absorben más agua que un casco de caballo
y tienen susceptibilidad por la Laminitis y por heridas e infecciones. Por
tanto, es importante comprobar los cascos de los burros de forma regular con el
fin de ser capaz de actuar con rapidez para detener que la infección se propague
y para mantener las pezuñas lo más
limpios que posible.
Los burros en El Paraíso del Burro son tratados por un herrador
cuatro veces al año y, entremedias, comprobamos y limpiamos sus cascos. Frieda tiene algunos problemas graves debido a
la mala atención en su pasado. Aquí podemos ver que Simone se está limpiando
sus cascos para eliminar la suciedad y piedras; después se lava con agua
estéril, se pone un antiséptico que se usa para prevenir la propagación de
cualquier infección y entonces, Simone cubre su pie con una almohadilla para
ayudar a sostener sus piernas y para mantener sus cascos limpios durante el
día. Por la noche, cuando Frieda regresa al establo limpio y seco, se eliminan las
almohadillas para que el aire pueda circular alrededor del pie.
Frieda es una buena burra. Está acostumbrada estar a pie
tranquila mientras alguien limpia sus cascos. Al principio no es demasiado
dispuesta a caminar sobre sus almohadillas, pero muy rápidamente se adapta y
parece caminar mejor, ya que sus cascos dan menos dolor.
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