sábado, 10 de abril de 2010

Un voluntario en el Paraíso del burro hecho a sí mismo - por Astrid.


¿Con que puedes encontrarte cuando decides formar parte del equipo de voluntarios en El Paraíso del Burro?
Tanja, una voluntaria sueca, me dijo al llegar al santuario y cuando pasábamos con el coche por la verja metálica: “No importa que es lo que estubieses esperando encontrar, no te vas a decepcionar”. Eso es un complemento bueno – y ¡ella no exageró!
A primera vista Wwoofing es un concepto sencillo - se trabaja en una granja a cambio de casa y comida. En la realidad encuentras, por supuesto, que cada wwoofing granja varía mucho en cuanto al trabajo a realizar, el lugar donde se duerme y en lo que se refiere a la comida.
Una oportunidad en el Paraíso es la variedad de tareas que hay para hacer. Hay que atender y dar de comer a los animales, llenar cubos con agua, limpiar los establos y ¡por supuesto que hay que cepillar y acariciar a los burros!
El Paraíso todavía está en proceso de construcción y por lo tanto también hay tareas relacionadas a vallado con redes metálicas o tablas de madera, haciendo una jardinera al lado de la casa y tareas en general como es el extender estiercol entre los manzanos o plantar verduras y quitar hierbas malas en la huerta.
También hay tareas de la casa como ir a buscar agua a un caño en un área recreativa con sus espectaculares vistas, ir de compras en Arriondas, hacer pan, hacer yogurt, hacer la comida y limpiar la casa.
¡Tras todo ese esfuerzo, en esta casa tendrás la posibilidad de disfrutar de una cocina vegetariana fabulosa! Las comidas están cocinadas de una manera muy imaginativa usando verduras frescas para luego ser compartidas por todos juntos en una mesa grande de madera en el salón con unas vistas fantásticas.
¿Por que ser un voluntario hecho a si mismo? En el Paraíso te pedirán que tu mismo eligas y organices tu trabajo de acuerdo con las tareas que te quieras realizar durante el tiempo que dure tu estancia, también hay tareas generales que todos tenemos que hacer.
Por las tardes tal vez te apetezca sentarte ante tu propia caravana que es donde duermes y está situada en uno de los prados donde pacen los burros, pudiendo disfrutar de las estrellas y el sonido de las campanillas de las vacas del vecino y siempre sabiendo que has llegado Al Paraíso del Burro.

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