De vueslta. Una vez mas estoy aquí habiendo dejado detrás el hielo de las calles de Suecia apara encontrarme con los vientos cálidos de Asturias y alguna llovizna. Todavía no me encuentro asentada del todo pero estoy mejor que cuando cuando tube que irme. Ahora hay burros nuevos, nuevos aromas, gatos nuevos, un perro nuevo y otra gente; ni los árboles tienes hojas. Los inviernos siempre son difíciles, casi todo parece que está dormido y parece que los humanos no somos muy diferentes a la hierba, los árboles y las flores. Ya se que los burros no son diferentes a nosotros ya que también se acatarran, les entra gripe y podemos decir que les baja la moral. A Niño ya no le atraen tanto los abrazos como antes, las orejas de Yaras parecen apuntar hacia atrás mas que antes (si esto fuese posible) y Jele apenas puede levantarse por si mismo. Me preocupa cada mañana que lo encuentro todavía acostado cuando les damos el desayuno. La imagen de Lor y Remi todavía está muy cercana y me asusta lo de que uno de ellos no pueda levantarse por si mismo ya que terminan muriendo ante nuestros ojos. Ya se que son viejos, que pueden ser mal humorados y mucho más. Lo se. Pero de poco te sirve en esas situaciones. Les quiero mucho y sufro por ellos.
Ahora ya son 20 los burros en el santuario. Espero disponer de mas tiempo para estar con ellos. Tan solo poder estar a su lado quieta o dar un masaje a uno de los burros es como si estubiese meditando. Me encanta simplemente estar con ellos y escuchar mientras comen.
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